La psicoterapia es un proceso terapéutico, con el diálogo como protagonista entre un profesional de la salud mental y un consultante, dentro de un espacio de apoyo y colaboración, donde se podrá hablar abiertamente con alguien objetivo e imparcial.
La finalidad de este proceso es aliviar el sufrimiento y favorecer el desarrollo de la persona y de sus vínculos, permitiendo el aprendizaje de nuevas destrezas para enfrentar con mayor efectividad cualquier desafío que pueda surgir en un futuro.
La respuesta va a depender de distintos factores, por ejemplo, si lo que necesito es realizar psicoterapia lo recomendable es acudir con un psicólogo especializado en el área.
Es importante mencionar que no todos los psicólogos pueden realizar psicoterapia, puesto que la carrera de psicología tiene múltiples áreas de desarrollo y no todas están ligadas al área clínica (psicología social, laboral, comunitaria, organizacional, del deporte, forense, educacional, entre otras).
Por otra parte, se encuentra la psiquiatría, una rama de la medicina que además de la psicoterapia puede utilizar, si es preciso, otros tratamientos como el farmacológico.
Cuando existen problemas psíquicos que impidan a la persona tener un bienestar físico, mental o social. Estos pueden afectar a una o varias áreas como el trabajo, descanso, alimentación, proyectos, salud, diversiones, calidad de vida… Dificultades en las relaciones sociales como la pareja, familia o amistades. Traumas o dificultades para afrontar o superar alguna situación crítica en la vida, en la elaboración de duelos (separaciones, fallecimientos, emigración), estrés o dificultades en el desarrollo personal.
Cuando aparecen síntomas como:
• Alteración del estado de ánimo
• Ansiedad (miedos, fobias)
• Dificultades en el autocontrol
• Adicciones (drogas, juegos, trabajo u otras)
La duración de este proceso se ajustará a las necesidades individuales de cada consultante y va a depender de muchos factores como las características del caso, la gravedad, el tiempo de evolución y la respuesta al tratamiento. Una terapia individual para problemas de ansiedad, por ejemplo, puede durar entre 8 y 15 sesiones; para depresiones, la duración puede ser algo mayor, acercándose a los 6 meses o el año de tratamiento.
Existen varios enfoques terapéuticos basados en perspectivas teóricas que actúan como hoja de ruta para que el psicoterapeuta pueda comprender a sus pacientes y sus problemas, así como crear soluciones.
Algunos de ellos son:
• Psicoterapia conductual: entiende los problemas psicológicos como el resultado de un aprendizaje biográfico. Utiliza el análisis funcional para identificar las condiciones, antecedentes, así como las consecuencias de las conductas relacionadas con los síntomas.
• Psicoterapia cognitiva: es una psicoterapia estructurada que se orienta hacia la solución de problemas actuales modificando errores en el procesamiento de la información y percepción del entorno.
• Psicoterapia psicodinámica: su objetivo es estudiar el inconsciente de la mente humana porque es este el responsable de la mayoría de las cosas que hacemos, es más breve que la terapia psicoanalítica.
• Familiar o sistémico: implica un enfoque colaborativo entre el terapeuta y el paciente para identificar y cambiar patrones de comportamiento disfuncionales. A través de preguntas estratégicas y técnicas específicas, se exploran las dinámicas familiares y de pareja que contribuyen a las problemáticas presentadas.
• Integración: toma de todas ellas lo que le resulta más útil, aplicando el más adecuado y eficaz a cada persona y problema, adaptándose a sus necesidades. En lo personal, suelo trabajar desde este enfoque, puesto que considero la importancia de los factores bio-psico-social, entendiendo que las personas somos seres sociales las cuales nos vinculamos entre sí y formamos parte de un sistema.
La terapia de parejas consiste en trabajar el vínculo entre dos personas que mantienen una relación amorosa. En ese proceso se verán las pautas de comunicación y comportamiento, identificando aspectos que les une o bien que genera barreras dentro de la relación.
Si bien, la terapia de parejas puede resultar una buena medida para mejorar elementos dentro de una relación, también es útil para tener una ruptura lo menos conflictiva y dolorosa posible.
La persona que consulta es la protagonista del proceso y se requiere de su contribución para establecer los objetivos del tratamiento. Es importante contar con el suficiente compromiso para cumplir con las actividades o tareas terapéuticas entre sesiones, así como también poner en práctica las distintas herramientas adquiridas en su vida cotidiana, las cuales tendrán gran impacto sobre los resultados del tratamiento.
Cada sesión tiene una hora de duración como máximo. La frecuencia de asistencia va a depender de las necesidades de cada consultante. En un inicio puede ser conveniente asistir de forma semanal, y luego, de acuerdo a la evolución del caso se pueden espaciar las sesiones a una frecuencia quincenal o mensual.
En psicoterapia lo más importante es el bienestar integral de cada consultante, por lo tanto existe plena libertad de manifestar aquella incomodidad y poder buscar otro profesional con el cuál se puede establecer un relación terapéutica donde exista mayor sintonía. tratamiento.
Si es imposible asistir a una sesión que ya se encuentra agendada, es recomendable dar aviso lo antes posible para poder reagendar. Esta modificación se podrá realizar hasta 24 horas previas a la cita, con esto estaremos dando la posibilidad a otra persona que sí pueda tomar esa hora.
En caso de no dar aviso, el cobro se realizará de igual manera.